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1ª PARTE: TOTAALVOETBAL, FÚTBOL TOTAL
El gran ideólogo de la escuela holandesa es, sin lugar a dudas, Marinus Michels. Esta escuela se dio a conocer a mediados de los años 60, cuando el Ajax de Amsterdam empezó a desarrollar un fútbol innovador y arrollador que llamó la atención de todo el mundo balompédico. En esa época se estaba fraguando la aparición de uno de los mayores fenómenos que se han producido en el fútbol en toda su historia, el nacimiento del “FÚTBOL TOTAL”.
En este capítulo vamos a analizar, evaluar y tratar de valorar la importancia que ha tenido esta forma de entender el fútbol en todo el contexto fútbolístico moderno. Sus aportaciones innovadoras en el campo de la táctica, el cambio de roles en el desarrollo del juego, las consecuencias directas que han provocado que un fútbol diseccionado en compartimentos estancos pasase a ser un deporte dinámico, complejo e imaginativo, en donde el jugador podía desarrollar diferentes desempeños en función de los distintos contextos que se podían poner de manifiesto a lo largo de un partido. El fútbol tal y como fue entendido y posteriormente transmitido por Marinus Michels ha supuesto un antes y un después en la evolución de este deporte.
Marinus Michels, nacido en 1928, desarrolló una fructífera carrera como jugador de fútbol defendiendo los colores del Ajax de Amsterdam y la selección holandesa, (5 veces internacional). Su trayectoria como entrenador se inición en 1965 sustituyendo a Mr. Vick Buckinham al frente del Ajax, club en el que permaneció hasta 1971, dejándolo campeón de Europa, para embarcarse en una aventura al frente del FC Barcelona, (1971-1975 y 1976-1978), con un paréntesis en 1974 en donde se hizo cargo de la más famosa selección holandesa de todos los tiempos, la Naranja Mecánica. En 1978 emprendió una aventura al incipiente fútbol norteamericano, asumiendo la responsabilidad de dirigir a los Aztecs de Los Angeles hasta 1980. En 1980 da el salto a la Bundesliga entrenando al Colonia en una primera etapa y posteriormente en 1988-89 se hace cargo del Bayer Leverkusen.
Como seleccionador holandés ha vivido tres etapas diferentes, la ya mencionada y exitosa experiencia en el mundial de Alemania de 1974, de 1984 a 1988 en donde se proclama con otra generación excepcional campeón de Europa de selecciones y finalmente de 1990 a 1992.
A lo largo de su dilatada trayectoria ha sido capaz de transmitir un fútbol donde la creatividad y la imaginación no iba, en absoluto, separada del esfuerzo físico, la solidaridad y el compromiso colectivo.
Básicamente, Marinus Michels, como estandarte de una de las escuelas futbolísticas más completas y ricas de la historia del fútbol, ha aportado con sus diferentes equipos una gran cantidad de conceptos futbolísticos que han revolucionado, no sólo la forma de entender este juego, sino, que ha incidido de forma directa en su proceso metodológico de entrenamiento, ha variado las pautas de comportamiento general a la hora de considerar disciplinas externas que logran dinamizar este deporte y ha cambiado la concepción que el jugador tiene del juego colectivo.
Vayamos por partes. Su primer impacto en el fútbol continental se produce después de convertir al Ajax en un equipo prometedor en su país y conquistar títulos nacionales que le permiten salir a exponer su fútbol a lo largo y ancho de Europa. Una Europa dominada por un fútbol basado en los conceptos defensivos, donde la fuerza de intervención, la acumulación de efectivos alrededor de la propia portería y el sentido pragmático del juego prevalecían sobre cualquier otra propuesta.
Marinus Michels, al darse cuenta de que la dinámica general era la de un fútbol defensivo, lento y con tendencia a la especulación, ideó que la mejor manera de combatir ese tipo de propuestas era a través de la utilización de ataques masivos, de la incorporación de efectivos al ataque y la utilización de ventajas posicionales para garantizar la superación de barreras defensivas interpuestas por los equipos rivales. Consideró que la mejor manera de desarrollar este proceso ofensivo innovador y arriesgado era utilizando una defensa diferente a las consideradas en esa época, el objetivo defensivo establecido para atacar de esta forma es la de acosar al rival, a poder ser en su propio campo, robar la pelota lo más pronto posible, con el compromiso expreso de todos los efectivos del equipo, dispuestos a realizar los esfuerzos físicos pertinentes, para conseguir sorprender al rival lo más cerca de la portería contraria. Además, entendía que al robar el balón en campo rival, este tendería a replegarse y en ese proceso dejaría los espacios libres suficientes para proceder al desarrollo del ataque.
En este postulado tan sencillo como atrevido surgen diferentes conceptos que hoy en día son considerados principios tácticos fundamentales para el desarrollo del juego ofensivo y defensivo.
Partiendo de un orden defensivo avanzado en su posicionamiento y con una concepción zonal, procedimiento totalmente novedoso en la época, nace el concepto de “Presión defensiva”, Pressing, el acoso sistemático al rival a través de la intervención sobre el poseedor del balón, la reducción de espacios útiles de juego y el marcaje de rivales con potencial posibilidad de intervenir en la jugada.
La presión se realiza para la recuperación inmediata del balón, lo que implica que establece un nuevo objetivo a la hora de defender, “robar el balón lo más pronto posible”. Hasta ese momento, se defendía para evitar que el rival marcase gol en la portería a defender y se presentaban barreras defensivas, generalmente en propio campo en donde se procedían a desarrollar los procesos defensivos por acumulación de efectivos. Con esta nueva propuesta, se rompe con este planteamiento y se busca la incidencia directa en el campo rival, pero con el objetivo de recuperar la pelota para atacar, se defiende para atacar.
Ello implica aprovechar los espacios que deja el rival en el repliegue, ocupar dichos espacios y sacarles partido. ¿Pero cómo? A través de una circulación rápida del balón, la utilización del mayor número de metros posibles ubicando a sus jugadores en amplitud, (con extremos muy abiertos) y en profundidad, con llegada de efectivos más que suficientes para proceder al remate de las líneas que se encuentran tanto por delante como por detrás de la que marca el balón. Nacen otros principios fundamentales de la táctica que tan en boga están en el fútbol actual, la velocidad de circulación del balón, el ritmo de juego, los cambios de orientación, las paredes y en definitiva, el ataque de posición, con el objetivo fundamental de la finalización.
Para ello cuenta con un grupo de jugadores que determinarán claramente este tipo de táctica y este estilo de juego. Jugadores que se adaptarán perfectamente a esta demanda y que la asumirán como algo propio.
Partiendo de estas premisas fundamentales, empiezan a desarrollarse equipos que pasarán a formar parte de la leyenda del fútbol europeo y mundial.
Marinus Michels dirigiría al Ajax que se proclamaría campeón de Europa por primera vez en la temporada 1970-1971, el conocido por el sobrenombre del Ajax de Cruyff, dado que este equipo, diseñado e implementado desde el banquillo por él mismo, estaba liderado desde el terreno de juego por uno de los más superdotados futbolístas de todos los tiempos, Johan Cruyff.
Con este equipo sorprendió a Europa estableciendo un juego dinámico y rico en matices. Donde todos defendían y todos atacaban. Los principios fundamentales de su juego eran la constante participación de todos en el proceso defensivo, para posteriormente proceder al desarrollo del ataque con la incorporación del mayor número de efectivos posibles.
La característica principal desde el punto de vista ofensivo era el dinamismo de un jugador, Johan Cruyff que abandonaba permanentemente su posición de delantero centro para formar un triángulo atacante con respecto a sus dos extremos, muy abiertos, con el objeto de que se incorporasen al ataque los jugadores del medio del campo. Además, su constante movilidad generaba superioridades posicionales que permitían el desarrollo de un juego fluído de creación y elaboración que facilitaba la progresión ofensiva. La mentalidad ofensiva de sus defensas, principalmente de sus laterales, hacía que por las bandas se consiguiesen situaciones de superioridad de 2×1 que no eran resueltas por las defensas acumulativas de los equipos rivales. El ataque masivo sorprendía no sólo por el número de efectivos, sino por la velocidad de ejecución de las acciones. Ello obligaba no sólo a disponer de una técnica de control/pase muy depurada, sino de la capacidad para resolver las situaciones de forma individual, la técnica del regate y la acción posterior. Todo ello llevó a cambios importantes en los procesos de entrenamiento y sobre todo, cambios determinantes en las consideraciones que debían reunir los jugadores profesionales en un futuro. Las diferentes tipos de inteligencias que un jugador de fútbol profesional debería manejar para poder jugar a ritmos mayores con mayores oposiciones en términos de velocidad y mayores complicaciones en términos de toma de decisiones.
Una vez culminada su etapa en el Ajax de Amsterdam con la consecución del mayor trofeo continental, (en los años venideros obtendrían dos más con este estilo de juego respetado por Mr. Kovacs), decide llevar su estilo de fútbol irreverente al FC Barcelona, donde se le uniría su inseparable alter ego sobre el terreno de juego, Johan Cruyff en 1973. Allí se iniciaría una etapa que buscaba dar respuesta directa al dominio dinástico que estaba imponiendo el Real Madrid en esa época. Y la consecuencia fue la contestación de ese dominio y el desarrollo de un estilo de juego nunca visto en España.
Con este equipo intentó llevar a cabo el estilo de fútbol total, influyendo de manera directa en el sentir y discernir que sobre este deporte tenían, no sólo un grupo de jugadores privilegiados, sino toda una institución, que al igual que el Ajax de Amsterdam, se vio absolutamente influenciada por la manera de percibir el fútbol de este profeta de la metodología del entrenamiento deportivo, Marinus Michels, que junto al profeta del gol, proporcionaron al FC Barcelona la primera piedra sobre la que décadas después edificarían su sólido estilo intrínseco de percibir el fútbol.
Durante este período tiene la oportunidad de formar parte de una de las generaciones de futbolístas más legendarias, al ofrecersele la oportunidad de dirigir en el inminente Mundial de Alemania de 1974 a la selección de su país, clasificada por primera vez en su historia para una fase final de un mundial y que iría de tapadillo a romper con todas las premisas, las reglas y las pautas futbolísticas conocidas hasta esa fecha,infligiendo a selecciones hasta ese momento del más alto rango competitivo alguna de las mayores derrotas de su historia, no por la contundencia, sino por la consecuencia de no saber dar respuesta a los planteamientos propuestos por Marinus Michels. Hablamos del nacimiento de la “Naranja Mecánica”.
Este equipo configurado sobre las bases creadas en el Ajax de Amsterdam campeón de Europa desde 1971 a 1973 y el Feyenoord de Rotterdam, campeón de Europa en 1970, rompería con todos los moldes conocidos, tanto desde el punto de vista defensivo como ofensivo, llevando los preceptos del Tootalvoetbal a su máxima expresión.
La Holanda de 1974 reunía en sus filas a los jugadores ideales para desarrollar este estilo de juego. Pressing, circulación rápida, aprovechamiento del espacio para incorporaciones sorpresivas, superioridades posicionales, el equilibrio defensivo basado en el empuje de la última línea sobre las subsiguientes, con la reducción del espacio de juego y la utilización de la regla del fuera de juego para la recuperación del balón, el triángulo mágico entre Johan Cruyff y los extremos abiertos Johnny Rep y Resenbrink, etc.
La manera pensada por Marinus Michels para imponer su estilo de juego tenía ya un escenario ideal para propagar la buena nueva al mundo, el Mundial de Alemania 1974 y además podría realizar su debut ante toda una bicampeona mundial Uruguay. Este partido abrió un antes y un después en la consideración del fútbol como un deporte de equipo, ya que, desde este momento, tendremos constancia de que no sólo a través de un club determinado, sino a través de un seleccionado nacional, se puede imponer una manera de jugar basada en principios nuevos, ofensivos y defensivos que rompen con la norma imperante hasta el momento. A partir de este partido se produce un impacto tremendo en aquellos que no son capaces de entender y asumir los cambios que se van a producir. Para muestra no hay mejor manera de analizarlo que viendo el resumen del partido jugado en Hannover entre Holanda y Uruguay el 15 de Julio de 1974.
En el esquema posterior analizaremos en base a un gráfico ilustrativo como eran las atribuciones ofensivas del equipo holandés y su postulado defensivo una vez que la pelota es perdida, cuales son las misiones básicas de cada uno de los jugadores dentro de una formación característica en el desarrollo futbolístico de Marinus Michels, que no era otro que una formación 1-4-3-3, que sólo era reconocible al inicio del partido, porque una vez comenzado el mismo, prevalecían los contenidos tácticos sobre la rigidez de las posiciones.
El eje principal sobre el que gira el juego ofensivo de este equipo es la movilidad de sus jugadores, la capacidad para intercambiar las posiciones y seguir ocupando racionalmente el terreno de juego. En este sentido, destacar dos aspectos:
Johan Cruyff abandona constantemente su posición avanzada para caer entre líneas y generar situaciones de superioridad posicional en la zona en la que se halla el balón, esto deja un espacio enorme a ocupar en la punta de lanza del equipo, posicionado con extremos muy abiertos, que permite el acceso a dichas posiciones a los centrocampistas más avanzados, sorprendiendo y generando conflicto en la última línea defensiva del equipo rival, que no sabe como responder a estos movimientos.
La posición abierta de los extremos y su cambio de rol cuando no tienen el balón. En este caso tanto Rep como Resenbrink abandonan la posición abierta y se incorporan al área de remate buscando posiciones de delantero centro. Cuando no son operativos en el desarrollo de la jugada, buscan ocupar posiciones centradas para la finalización. En innumerables ocasiones los veremos rematando el centro del otro compañero.
Para el desarrollo del juego de posición, vemos que, además de la movilidad de los jugadores, sus posiciones están establecidas para que se generen triángulos que faciliten mover la pelota con eficacia, la posición entre rivales de cada jugador que no dispone de la posesión de la pelota, facilita la creación de situaciones en donde la fluidez de la circulación del balón se ve favorecida por este posicionamiento ofensivo. Cruyff constantemente crea situaciones de ayuda con el extremo y el interior para dar salida al balón al espacio libre y generar fluidez en el juego. Vemos en el gráfico como se relaciona con Van Hanegem y Rep, por un lado y con Muhren y Resenbrink por el otro, asimísmo se generan idénticas situaciones en posiciones centradas entre el propio Cruyff, Van Hanegem y Neskeens, o el propio Muhren con Cruyff y Neskeens.
Finalmente, destacar la labor de los laterales, Suurbier y Krool, que aportan sus subidas sorpresivas y generan innumerables situaciones de superioridad posicional. Ayudados por esa velocidad de circulación de balón, de un ritmo ofensivo intenso y del constante movimiento en amplitud de la pelota, con la ejecución de cambios de orientación, principalmente en juego corto, Suurbier y/o Krool disponen de tiempo para incorporarse al ataque y aprovechar las situaciones de triángulo anteriormente descritas para realizar desmarques de ruptura y desdoblamientos ofensivos que generan situaciones sorpresivas de superioridad posicional que constantemente aprovechan para finalizar los ataques.
Toda esta movilidad desarrollada en el juego ofensivo, es facilitada gracias a las constantes permutas y ayudas defensivas que realizan los jugadores que no están participando activamente en la jugada. Los centrales y el mediocentro, equilibran cada situación de ataque, ocupando aquellos espacios que potencialmente pueden ser utilizados por el rival, realizan vigilancias defensivas constantes, que permiten anticipar respuestas para el ejercicio de la presión defensiva en caso de pérdida de la posesión del balón.
Además, tanto Haan como Rijsbergen empujarán al resto de líneas hacia adelante a medida que el ataque progresa, cediendo una gran cantidad de espacio a sus espaldas que será vigilado desde la frontal por el portero Jongbloed y será la acción precursora del aprovechamiento del fuera de juego como arma defensiva y el inicio de las atribuciones de un portero con los pies. Sus movimientos, (Haan y Rijsbergen) son de apoyo de sostén para dar una mayor fluidez al juego ofensivo, y las vigilancias sobre espacios o rivales que puedan ser potencialmente peligrosos en un inminente contraataque. Las coberturas y la permuta sobre el lateral que progresa en ataque hacen que estos se despreocupen de lo que dejan detrás y se centren confiadamente en el desarrollo del juego ofensivo.
Marinus Michels conjuga e interrelaciona perfectamente el desarrollo del juego ofensivo con las respuestas posteriores en su juego defensivo, teniendo en cuenta aquellos factores que inciden directamente en el debilitamiento de su defensa al asumir el riesgo de atacar masivamente. Con pocos arregla lo que otros hacen con muchos. Por primera vez en años, el espacio pasa a ser relevante en relación al oponente. Las zonas hábiles y las zonas secundarias cobran importancia para tomar decisiones en función de si nos encontramos en unas y otras, y esa determinación la impone la situación de la pelota en cada momento. Ponderar sobre el espacio en vez de decidir sobre el individuo posibilita el ejercicio de una defensa eficaz y revolucionaria que permite la ejecución posterior de un proceso ofensivo dinámico y espectacular.
El periodista Ángel Liceras lo retrató en su momento en el diario Marca: “Michels fue un innovador, el primer técnico que alcanzó la excelencia, el primer custodio del fútbol total. Inventó la fórmula perfecta: bloque + imaginación = espectáculo. Johan Cruyff fue la estrella indiscutible de su particular universo futbolístico. Entre ambos hicieron al Ajax campeón de Europa y dominador de la Eredivisie a finales de los 60. Juntos discutieron en el Barcelona la supremacía del Real Madrid a principios de los 70″.
La consecuencia final de todo el desarrollo táctico y metodológico desarrollado por Marinus Micheles en sus diferentes equipos a lo largo de la década de los 70 fue el cambio radical en la concepción de jugar al fútbol y el desarrollo de nuevos métodos de entrenamientos que diesen cabida a todas las exigencias que llevaban aparejadas las premisas y propuestas establecidas por “El General”. Cambios que llevaron al análisis y valoración de la introducción de nuevas disciplinas en el desarrollo de los procesos de entrenamiento, de la incorporación de nuevos valores en las ya existentes. La velocidad es importante tanto desde un punto de vista condicional, como desde un punto de vista técnico y de ejecución gestual, pero sobre todo es determinante en la toma de decisiones. “Pienso y ejecuto con eficacia, en tiempo y espacio limitado”, este podría ser el corolario final que resumiría la consecuencia de las aportaciones de Michels al fútbol de su época y de cómo estas han llegado hasta nuestros días incidiendo de manera determinante en las caracteristicas del juego tal y como lo entendemos.
Sólo falló una variable que hizo que el juego extraordinariamente innovador no fuese bendito del todo por la gloria. Holanda no consiguió el entorchado mundial de 1974, ya que fue vencida por Alemania Federal en la final.
Este hecho, en vez de condicionar la validez y consideración de los logros y evoluciones alcanzadas, no hizo más que agrandar la leyenda de un equipo y de un técnico que había impactado de lleno en los valores que nacerían a partir de esta fecha en el fútbol mundial, “Jugar bien y ganar”, “el estilo importa”, “la consecuencia de una acción incide directamente en las acciones posteriores”, etc. Podríamos redactar infinidad de corolarios a la consecuencia real de los aportes de Marinus Michels y sus equipos. La diversidad de un juego, hasta ese momento estancado en una serie de preceptos poco dinámicos, surgió y amplió las miras y las expectativas de otros muchos que vendrían después. De ahí que la FIFA hubiese considerado a Marinus Michels como el mejor entrenador del siglo XX y haya entrado por derecho propio en el Hall of Fame.
Pero el fútbol tendría guardado a Marinus Michels una revancha a la pequeña gran afrenta que sufrió en Alemania 1974. Con la segunda gran hornada de nuevos valores del fútbol holandés y adaptando sus principios fundamentales a las características del grupo y al fútbol ya más adaptado a los requerimientos que el mismo había impuesto años antes, dio cumplida cuenta de La Copa de Europa de Selecciones, también jugada en Alemania en 1988. Allí, con un fútbol dinámico y estético, organizado en torno a un grupo que había contrastado su valía ganando la Copa de Europa de clubes, el PSV Eindhoven y la incorporación de jóvenes valores de la escuela ajacied, se tomó cumplida revancha alcanzando el campeonato con honores.De esta nueva generación de futbolistas surgirían nuevas estrellas que influirían notablemente en el desarrollo del fútbol europeo y mundial en la década de los noventa. Gullit, Van Basten, Rijkaard, formarían parte de un equipo mítico, el Milan de Arrigo Sacchi que tanto valor daría al contexto táctico y metodológico del fútbol moderno. Ronald Koeman formaría parte del gran FC Barcelona de Johan Cruyff, el heredero de Michels. El fútbol regalaba a un país, a un entrenador y a un elenco de jugadores inimitables el valor que realmente merecía su escuela, el valor de la victoria, el valor de la gloria y el reconocimiento general en un gran torneo, la Eurocopa de 1988.
Holanda vs URSS en la final de la Eurocopa 1988
En este video vemos de forma ilustrada como el juego de la selección holandesa, dinámico y espectacular en su faceta ofensiva, se adapta perfectamente a las características de sus miembros, adoptando una formación diferente, 1-4-4-2, en sus inicios, pero que nuevamente, al igual que en equipos anteriores, lo que prima es el desarrollo de contenidos tácticos y técnicos y el ejercicio de una toma de decisiones adecuada a los problemas a resolver, en donde la escuela de Michels vuelve a establecer parámetros de rendimiento acordes con la propia exigencia de este deporte, pero estableciendo de partida un estilo y unas características que son propias e innegociables. El estilo que la escuela holandesa ha regalado al fútbol moderno.
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